lunes, 2 de julio de 2007

Claroscuros en el 37 Festival Flamenco de Zamora, por Félix R. Lozano.

Como iremos comentando, la ejecución del Festival Flamenco de este año ha presentado aspectos gratamente positivos con algunas carencias en la parte artística. Pero vayamos por partes y empecemos por lo bueno.
Lo más destacable sin duda alguna, la masiva afluencia de público que llenaba el recinto. Seguido del propio entorno. Creemos, que después de treinta y siete años organizándose el Festival, por fin se ha encontrado el lugar idóneo, exactamente con las condiciones de distribución, tamaño y altura de escenario, cerramiento y otros aspectos técnicos de luz y sonido exhibidas la pasada noche. Y si fuera posible como el sábado, que la luna se vea por encima del arco, en dirección a la imaginaria línea divisoria entre la Tierra del Vino y La Guareña. A partir de ahora la organización del Festival deberá trabajar con estas premisas y ocuparse únicamente de ampliar ligeramente el aforo ya que es de esperar que la demanda de localidades vaya en aumento.
Se abre el acto con la entrega de placas conmemorativas por parte del presidente de la Peña Flamenca “Amigos del Cante”, D. Eduardo Abril Esteban, organizadora del evento, y por parte de la representante del Ayuntamiento, titular y patrocinador del Festival, Dña. Elvira Fernández de Barrio. Se le hace entrega al concejal de cultura D. José Luis González de Prada, por su empeño en reflotar y darle a la cita festivalera zamorana el resplandor que siempre tuvo y nunca debió perder, a las personalidades flamencas que durante todo el fin de semana nos han honrado a los zamoranos con su generosa presencia por nuestras calles y lugares. A saber, D. José Blas Vega, D. Federico Vázquez Esteban y D. Alfonso Eduardo Pérez Orozco. La visita de este último ha sido aprovechada por la organización para pedirle que presentara el Festival a lo que el amablemente aceptó con la esplendidez que le distingue. Gracias Alfonso Eduardo.
Rompe Antonio Reyes, acompañado por la guitarra del competente Antonio Higuero, por soleares. Dos de Alcalá, dos bulerías por soleá, regusto a Curro Frijones, Triana alfarera y dos de Cádiz, la última inspirada en el Guanté. Siguen tientos tangos. Continúa por seguiriyas, tres. Destacar que Antonio se escucha mucho, y ese es un vicio que cuando se adquiere de joven resulta difícil de corregir. Paco La Luz, Tío José de Paula y Curro Durse versión Manolo Caracol. Sigue con bulerías acompañado por las palmas y jaleos de Rafita de Jerez y El Eléctrico, que como siempre hicieron las delicias del entregado público. Haría muy bien Antonio Reyes en centrarse en maestros consumados de este palo, como El Gloria, Isabelita de Jerez, Tío Borrico, Terremoto e incluso, y muy incluso, Fernanda de Utrera en vez de hacerlo en el descuadrado Manolo Caracol. Y cuando escucha a La Perla lo debe de hacer con más detenimiento y aplicación. Ella dominó como los grandes el complejísimo arte del ─por excelencia─ palo festero. Remata con fandangos, nuevamente de Caracol y de Pichichi.
Aparece sobre el espléndido escenario Diego Amaya y Pansequito del Puerto. Prolongado y afectuoso aplauso. Lástima que su entrega no estuviera a la altura de las circunstancias. Más de lo mismo. Alegrías cantiñeadas muy personales, muy bien adobadas por ese acusadísimo sentido del compás que el singular cantaor tiene. Siguen soleares. Alcalá, Roesna, Serneta, Triana y Andonda. Continua por tarantos, tres de Manuel Torre con ese marchamo personal que le da Panseco, y cartagenera. Bulerías con guiños a Tía Anica, Mª Soleá y Luís de La Pica. Rematando por fandangos, tres de Antonio de la Calzá y el cuarto de Juan el de La Vara.
Cierra la primera parte el baile de Juan de Juan. Este joven bailaor debería desprenderse de las espurias influencias de su referente en la danza, Antonio Canales, si de verdad quiere pisar fuerte en el flamenco. Descanso
Se inicia la segunda parte con el Sordera. Vicente Soto Barea, el gran continuador de la familia, abre por alegrías acompañado de la sapiencia de José María Molero. Sus característicos gestos al tocar nos recuerda al maestro Melchor de Marchena. Soleá por bulería, el palo que interpreta con tanta altura, al igual que lo hiciera su padre. Seguiriyas. Paco La Luz desarrollada a partir de Tomás Pavón, Marrurro, muy personal, Tío José de Paula y el Manijero. Termina con una perfecta muestra por bulerías. Sin duda el mejor y el más profesional.
Aurora Vargas, sabemos que conoce el cante, que le viene de casta. Sus formas actuales pueden estar más cerca de la comercialidad pero muy lejos de lo que este supremo arte requiere. También nos consta que encandiló al público, y una vez más se quedó con ella como se demostró con todo el auditorio puesto en pie aplaudiendo a rabiar. Por ello la felicitamos. Pero estamos seguros que en Zamora lo hubiera conseguido igualmente cantando por derecho. Allá tu, Aurora. Posiblemente estés mal aconsejada.
Fin de fiesta, con todos los artistas sobre el escenario y un vistoso remate del Eléctrico. Punto y seguido. El 4 de Agosto más en Morales del Vino: III Festival Flamenco de la Tierra de iden.

Félix Rodríguez Lozano, Vicepresidente de la Peña Flamenca "Amigos del Cante", para el blog de la Peña.
Opiniones de otros críticos: J. I. Primo, para el Norte de Castilla.